sábado, agosto 13, 2005

El cuerpo, el sabor sórdido de un cuerpo profundo, un cuerpo tumultuoso. Un cuerpo que se desprende de sí (para adentro y para afuera) en dos, en tres. Purga. El cuerpo exuda, se desenfunda y se entrega: sin decir, sin murmurar. Cuerpo que se corta y se evade. Se evade para enfundarse nuevamente y partir. Y la sangre no deja de correr.