Me he zambullido en una contienda de animales irascibles. Nunca había presenciado nada igual en el recodo de mi voluntad, pero ahí están ellos… enmarañados no dejan de extrañarme. ¿Qué puedo hacer yo, aquí, tan ajeno a todo aquello que allí sucede? Ni siquiera puedo concebir del todo qué es lo que está en disputa, tampoco sé si al cabo de la lucha alguno se abalanzará sobre mí. Por lo pronto estoy expectante, a la espera de una señal: daré batalla.

<< Home