Péndulo. Juega el péndulo sin dejarme jugar a mí, escondiéndose. Comprimo mi pecho con toda mi fuerza, lo contemplo desde abajo, pero él se mantiene imperturbable. Se balancea con seguridad, señalando -sin ambigüedad- parajes opuestos ¿Acaso podría yo detenerlo con mi respiración? Es él quien juega conmigo, juega sobre mí. Con mis manos, sobre mi cabeza.

<< Home