lunes, agosto 22, 2005

Filosofía. Provocar y esperar que, como un rayo, suceda. En la contigüidad de la calma, un espacio. Un surco que abre un barranco y nos deja levantando las cejas. ¿Qué más en la vida que fruncir el ceño para que alguien roce sus surcos con los dedos? Levantar las cejas y esperar que alguien nos acaricie la frente, ¿qué otra cosa es la filosofía?