lunes, octubre 31, 2005

En la
profundidad
de un
pasillo

la verúnica
sombra
camina desnuda
y me
saluda

me
congratula

complicidad y
sigilo
de
dos
cuerpos

tras una puerta
cerrada.

domingo, octubre 30, 2005

Escritura que se remonta a las tempranas corridas por las sendas al costado de las vías del tren, donde esas espléndidas flores púrpuras crecen salvajemente en las entrañas de la alambrada, derramándose hasta el piso.
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Escritura que perdura en la frescura de zambullir la cara en la fuente del jardín: escritura que salpica, para dejar de ser meramente escritura.
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Escritura que muta en el estupendo olor a cebada que antes parecía retoñar de la chimenea de la cervecería, pero que ahora se huele por todas partes. Un aroma que se vuelve a sentir viajando en tren, donde las largas tiras de golosinas que papá compraba luego de exageradas súplicas, siguen reposando eternamente sobre sus añejos respaldos castaños. Dulces que hoy son libros, que dejan de ser libros para ser cuerpos. Cuerpos que, de estar naturalmente escritos, vuelven a ser rescritos todo el tiempo. La poética del retorno, encendida transfiguración de la escritura en vida.

sábado, octubre 29, 2005

Ausculto tu pecho,
cajita de voz
que repiquetea
hueca

Desnuda la voz
de tu carne,
por el mundo,
arrullando

Voz exiliada
del aturdido
cuerpo

Voz sin cuerpo,
cuerpo sin voz

Vos
y tu cuerpo
en la
...............................distancia

Vos
y tu voz
aquí,
en mi cuerpo

viernes, octubre 28, 2005

"En mi estante tengo amontonada hace meses toda la edición, porque como la vida no me ha dado hasta ahora ocasión suficiente para mostrar que soy poeta en actos, tengo miedo de que por ir mis versos a ser conocidos antes que mis acciones, vayan las gentes a creer que sólo soy, como tantos otros, poeta en versos."
José Martí, Carta a Manuel Mercado, 11 de agosto de 1882.

jueves, octubre 27, 2005

Puso las manos en sus bolsillos y decidió, como todas las noches, derramarse por la ciudad. Nunca supo los nombres de las calles, ni sus ubicaciones, ni las relaciones entre ellas y prefería seguir así, aunque es indudable que el trajín diario en Buenos Aires hace que uno, tarde o temprano, quiéralo o no, termine por reconocer las cinco o seis avenidas principales y aledaños. Pero no más, siempre se mantuvo invariable en la necesidad de no retener más de lo estrictamente necesario. La educación de un hombre, y aquí no se puede dejar de meditar acerca de la célebre bildung alemana, una educación que no consiste meramente en instrucción sino en una formación moral e integral, si intenta forjar verdaderamente un hombre libre, debería cincelarlo de un modo tal que no recuerde los beneméritos nombres y ubicaciones de las calles. Nadie puede elevarse hacia la humanitas si no es educado para ser libre y, en ese camino, uno de los pasos principales es andar por ahí sin pensar qué calle es ésta y cuál es aquélla. Ningún hombre que precie su libertad debería caer en la trampa de contemplar un mapa de la ciudad, ya que con ello perdería lo que lo distingue de la mera animalidad. La frialdad de una cuadrícula que cuadricula nuestros pasos nos encamina, aunque lo ignoremos, en un tránsito que se encuentra dirigido desde las más pretéritas voluntades. Un tránsito en el que devenimos en lo instintivamente animal: nos afirma, más allá que lo queramos o no, en una dirección que nos lleva, antes o después, hasta nuestras casas. Si queremos romper con los límites de esa animalización, deberíamos empezar a olvidar los nombres de las calles. Alelí lo sabe y por eso, todas las noches antes de salir a desparramarse por la ciudad, se golpea la cabeza contra la pared.

miércoles, octubre 26, 2005

Hubo un tiempo en que el arte surgía en mí de un modo concreto y era tomado en serio, riéndonos. Eran las épocas del CNBA, cuando a la edad de los dieciocho años mi amigo Joaquín defendía lo que tan dulcemente llamaba mi obra. Como todo, y en contra de lo que se pronostica en su texto, ello todavía perdura en su transfiguración. Dejo aquí su temprana magia y un enorme cariño para quien fue, en otro siglo, mi estimado cómplice.

martes, octubre 25, 2005

Pirómano que hay en

incendió
la-me
lancolía. Entera
ardía en
casa. Entonces

Dédalo
nos tomó
como
vaso de agua
Fluíamos por
él
sin poder
decir ni
a.

Vértigo,
desfallecimiento
en la glotis

Marsopas
y focas
nos aplaudían
en la cara.
Ocas
nos
manoteaban

Caíamos,
ahogábamos

(Fragmento de mi inédito Para desenlatar una poética del retorno)

lunes, octubre 24, 2005

Caminamos todos los atardeceres en un instante prófugo de la tarde. Desertores de los tiempos y los espacios, nos acurrucamos tímidamente dentro de una flor de azalea. Allí, mientras el suelo entornaba sus veredas y el cielo, enorme, apagaba sus lámparas, nos besamos como en ningún tiempo. El beso, médula de la flor, néctar que nos envolvió entre crisálidas. Ebrios y despojados, bailamos la música que nunca habíamos asido por ser la que oímos todo el tiempo: el silencio. De repente, del ojo de la flor, afloró un benteveo con be labial y nos rozó los labios; fue entonces cuando, recostados en un pétalo, nos apropiamos de la muerte.

domingo, octubre 23, 2005

Ojos en los que jadea el otoño tan retoño, ojos de remolinos que se despliegan entre bandadas de hojas ya doradas, ya adoradas. Gozo del parpadeo de tus ojos, ellos levantan ciclópeos vientos que me abren paso al interior de mi tempestad. ¿Hacia dónde me dirigen? ¿Cómo saberlo si lo que mira detrás de tu mirada todavía se me escurre entre los dedos? Tu mirada me desborda por donde la mire.

sábado, octubre 22, 2005

"El blog no es revolucionario, ni puede serlo. No es más que una estrategia frente a la miseria, tanto como juntar cartones para ganarse la vida y está muy bien que así sea."
Daniel Massei, Literatura y Miseria

viernes, octubre 21, 2005

Enmarañados en mi soplo, hurtan mi vuelo. Lanza pájaros mi figura. Pájaros que viran en la altura. Retornan cómplices, y mansos se cobijan en mi espesura, tarde en la tarde. Abro mis bosques, dispersan sus alas. Van para volver, para volver a ir. Se mecen en la lluviosa cadencia y vuelven tormentosos, con el asombro del extrañamiento. Atiendo el secreto de su palabra que espuma el misterio de un nuevo florecer. Despliegan savia los pájaros que hoy retornan y anidan en mi morada, para partir en la mañana.

jueves, octubre 20, 2005

Verte verterte entera,
en mí,
como leche

En mi boca

Verte espumar
mi cuerpo
y mi niebla

Con tu boca

Bocas que evocan,
recuerdan,
invocan

miércoles, octubre 19, 2005

Silueta se desenmarca del cuadro. El marco se eclipsa y desembarca en el mar. Marco y barco como retazos que se subliman en el recorte del horizonte. Contorno de un nosotros que trasunta libre y sin cuidados. La historia marca un desembarco del marco, los bordes han sido desgarrados. Cercanía que no intimida y tiempo que consuela. Un pliegue nos aúna en el flote, a modo de salvavidas, mientras lo rojo inunda por un tiempo el agua. Te embaraza la culpa y nos enciende en la oceánica tumba. Cambié consuelo por color, fontana y figura: gotea hondo y resta poco.

martes, octubre 18, 2005

Embelesado por aquella orilla desierta en la que se encontraba ahora, y mirando obnubilado el agua calma que mojaba sus pies descalzos, supo que el mar no existía, que era un simple reflejo del cielo que se proclamaba infinito y que, si se decidía, podría avanzar sobre él ya que al fin era sólo un inmenso espejismo. Así, avanzó caminando con pasos firmes sobre espumas marinas que, pensaba él, no serían más que bandadas de nubes agazapadas por ir vaya uno a saber dónde. El tiempo se escurría y, enroscándose con su figura, se marchaba por última vez. Cuánto miedo, caminar por lugares todavía no transitados, hacerlo a ciegas, abriéndose paso entre lo perdido, lo impalpable, lo aún no encontrado. Los despojos de la humanidad se troquelan de ese modo, en un intento desesperado por resurgir desde lo recóndito de la tierra. Retumban, nuevamente, los pasos de un animal extinto.

domingo, octubre 16, 2005

"Volverás un día, cuando el espíritu de la pradera que corre por tus venas te haga oír su llamado. Oirás su voz en el murmullo del arroyo, en las risas o en el llanto de los animalitos que crecieron junto a ti. O tal vez seas tú mismo, con la lealtad, la sencillez y la pureza que desde tu nacimiento llevas grabadas en tu instinto, el que decida volver". Ico, el caballito valiente.
A Verúnica.

Luego de correr la cortina espesa, la vislumbró suspendida de un hilo, única. Esta noche la luna se erigía como un elefante gigante, parecía que nunca había estado tan cerca de un hombre, tanto que, sin siquiera abrir la ventana, ella pudo tomarla en sus manos y guardarla en el lugar más recóndito del cuarto, un cajón de su rancia cómoda. Allí estaban atesoradas todas aquellas suaves y tiernas notas que demoraba en redimir cuando se disponía frente al piano. Estaba tan encantada con ellas que se detenía con cada una y, mirándolas dulcemente con una sonrisa enorme, las llevaba junto a su pecho y las abrazaba por un largo tiempo. Luego, lentamente, iba desprendiéndose de ellas y, arrojándolas hacia arriba, comenzaban a flotar por toda la habitación. Sus hermosas alas violáceas volvían a iluminar la noche (de mi alma).

viernes, octubre 14, 2005

I

Hay algo con su pelo,
imperceptible en su quietud,
en su reposo

Un misterio,
una demora

Demora del tiempo
que ya no es tiempo,
refugio de la intemperie
que fue tiempo
y desesperación

Tiempo que nos
tomó de golpe

Hoy,
tiempo a destiempo

II

Camina y lleva su pelo
como una corona,
símbolo
de su realeza

En su corona,
demora

miércoles, octubre 12, 2005

Esta tarde quisiera quedarme hablando con vos, haciendo de cuenta que me enamoro y te enamorás como cuando era chiquita. Como cuando todo era más simple y volvía del cole pensando que el chico que me gustaba había rozado con su hombro mi trenza bien larga. Todo pasaba por eso y por nada más. ¿Te acordás? ¿de la infancia? Anhelo volver a ello, en su simplicidad: frío con sol, lluvia con perfume a flores, paraguas amarillos, botitas para el barro. A veces me gustaría darte un beso en la boca y que vos no hagas nada.

lunes, octubre 10, 2005

La poética del retorno, una faena que muestra los dientes y los oculta en un silencio desquiciado. A ver. Los dientes son del doctor que nos abre la boca y nos los incrusta, sin preguntar y a carcajadas. Él nos da más dientes pero no es doctor, es el pone-saca dientes. Él nos sirve con dientes, nosotros buscamos los cuellos. Cuellos para morder con dientes a estrenar. Dientes de oro que cuestan millones y que podemos pagarlos porque nuestros papis tienen plata y nos compran lo que queramos. Nosotros, los pequebu, somos parásitos. Queremos comer, comer y comer. No hacemos más que comer bien. Comemos todo lo que hay a nuestro alrededor. Masticamos famélicamente cada cosa que nos ponen delante. Una tras otra, cogiéndola o no. Queremos que nos griten cuando cogemos, nos gritan y después no podemos dejar de llorar. ¿qué hemos hecho?, preguntamos.
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Que quede claro, una poética del retorno es esencialmente pequeñoburguesa.

viernes, octubre 07, 2005

La palabra y el juego enlazados en una promesa: cerrar los ojos. Un juego que juega con la mirada que se vela y nos desvela. Desvela cuerpos detrás de nuestras ropas. Rasgar la promesa fue grabar el juego en miles de noches y primaveras. Los ojos que se abren y juegan a verlos jugar. Juegan con sus dedos, sus bocas, sus labios. En las clases y en las calles. Hoy, el alma de mi alma ríe.

martes, octubre 04, 2005

"El artista destaca y se retira, se inclina unas veces hacia ese lado, otras hacia el otro, lanza miradas, se comporta como si su cuerpo entero no fuera más que instrumento auxiliar de sus ojos, y como si él mismo no fuera, desde la coronilla hasta los pies, más que instrumento al servicio del enmarcar, puntear, rayar, precisar".
Paul Valéry en Degas, Danse, Dessin

domingo, octubre 02, 2005

La extensión de mi verde llanura está colmada de noches, campos que cantan y me asientan en su sol. Me invocan los fuegos de la oscuridad en una triste luz que no desiste, mientras alumbran mis pastos con sus sombras calientes. Se consume el pabilo y jadeante me despabilo... una mañana sin alba y sin porvenir.

(por Paula)
Tonight we fly / Over the friends that we've known / And those that we now know / And those who we've yet to meet